miércoles, 25 de septiembre de 2013

DEL CIUDADANO Y LA IMPORTANCIA DE LA PARTICIPACIÓN


REFLEXIÓN ACTUAL
Re-crear una ciudad más habitable es una tarea algo difícil, pero es un reto para los ciudadanos de hoy día, que desean vivir en un lugar que refleje la diversidad y que promueva la cultura de la igualdad. Pero ¿hasta qué punto somos conscientes de cómo podemos influir en las decisiones de la ciudad? ¿Nos damos cuenta de los problemas que nos rodean en nuestro vecindario?
Planteo unas reflexiones muy sencillas que creo que se pueden comprender fácilmente:

  ·  Creo que la evolución de la sociedad, a una velocidad vertiginosa, no va acompañada de una evolución real de los modelos de los espacios en los que se desarrolla la existencia. Ésta puede ser la causa que provoca grandes contradicciones a la hora de resolver las auténticas necesidades humanas. A veces, los ESPACIOS URBANOS para el servicio público de TODOS, NO SON TAN NEUTROS como parecen. El equilibrio de espacios públicos y de interacción de unos barrios, no es el mismo que en otros barrios, porque no todos los barrios tienen los mismos habitantes, necesidades sociales o diversidad.
Las ciudades donde vivimos son escenario a menudo del caos urbano, del predominio del automóvil, (que será objeto de otra reflexión, dada su magnitud), de cada vez menos espacios para peatones. Día a día aumenta la contaminación y vemos como se reducen los espacios públicos. Y por supuesto, cada vez más a menudo, se suele dar PREFERENCIA a FACTORES ECONÓMICOS, contrarios a las NECESIDADES SOCIALES.

 · Por otra parte, entre los grandes proyectos de infraestructuras y la búsqueda de su identidad, el territorio y las estructuras de oportunidad políticas, existen las personas que, desencantadas de las instituciones que les rodean, no disfrutan de la ciudad que habitan, y que no entienden ni participan de su evolución.

Todo esto me lleva a pensar que el CIUDADANO se encuentra DEFRAUDADO con su ciudad, primero porque no atiende a sus necesidades, y segundo porque no se siente partícipe de las decisiones tomadas.


PERO, ¿QUÉ IMPLICA SER CIUDADANO?
Según Wikipedia: Ciudadano es el nombre dado a la persona que por haber nacido o residir en una ciudad es miembro de la comunidad organizada que le reconoce la cualidad para ser titular de los derechos y deberes, propios de la ciudadanía. La extranjería, la raza la etnia o población, la religión, el sexo, la edad, el nacimiento,... han delimitado el concepto de ciudadano.
El término participación ciudadana hace referencia al conjunto de acciones o iniciativas que pretenden impulsar el desarrollo local y la democracia participativa a través de la integración de la comunidad al ejercicio de la política. Está basada en varios mecanismos para que la población tenga acceso a las decisiones del gobierno de manera independiente sin necesidad de formar parte de la administración pública o de un partido político.

¿DÓNDE PUEDE ENTRAR EL CIUDADANO A OPINAR SOBRE SU CIUDAD?

En el proceso de planificación urbana, bajo unas leyes estatales y autonómicas, el municipio redacta un plan general, donde se diseña la evolución de la ciudad en los siguientes años. Este plan está técnicamente elaborado por un equipo multidisciplinar, pero capitaneado por la política del Ayuntamiento. Y es en este punto, donde debe entrar el ciudadano, para que no primen las ambiciones políticas. El ciudadano tiene el derecho a ser informado, a consultar, y a opinar. Y para opinar, hay que buscar los instrumentos de participación de cada municipio.
Algo muy interesante y que se ha llevado a cabo en algunos ayuntamientos con nueva planificación urbana es la planificación participativa, donde el nuevo plan general redactado, se publica y se expone al público, con talleres participativos organizados por barrios, donde los ciudadanos pueden entender mejor cuál será su ciudad futura donde viven y si les gusta o no esa nueva ciudad.
Ya a nivel de barrio y de forma anual, se trabajan los presupuestos participativos, que funcionan muy bien para ir consiguiendo unos servicios más acordes con las necesidades de los vecinos que habitan en cada distrito.
Por tanto, es importante que el ciudadano sepa usar e introducirse en los sistemas de participación que existen, para ACERCAR lo máximo posible la ciudad que se planifica políticamente a la ciudad que desea el ciudadano.
Sean hombres, mujeres, ancianos, jóvenes, … no existe género ni edad, sino HABITANTES DE CIUDAD.
La finalidad sería una ciudad que en su estructura y organización ofrezca un respeto por la naturaleza y la dignidad humana.
Me gustaría desgranar, en próximos artículos, el análisis de la ciudad en todos sus conceptos, pero ahora es importante comprender la necesidad de implicarnos en la problemática de nuestro entorno y en la importancia de alzar nuestra voz.
Está demostrado que una gestión pública participativa contribuye al desarrollo de los países, favoreciendo la inclusión y la cohesión social. Llevemos esta práctica a nuestros entornos más locales. 
“ES EL MOMENTO DE DECIDIR SOBRE LA CIUDAD QUE HABITAMOS”













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